Holaaaa mi querido Beto, así empezaban nuestros encuentros contigo abuelo, siempre con una sonrisa vital al ver a cualquiera de tus hijos, nietos o bisnietos. Compartir un momento contigo siempre era especial, porque tu nos hacías sentir muy especiales.
Siempre tuviste un momento y una dedicación especial para cada uno de nosotros, dedicándonos tiempo, platicas, consejos etc.
Abuelo hay tanto que decirte que no sé ni por dónde empezar, siempre estuviste ahí para mí en todo momento para alentarnos, reírnos y darnos un gran consejo de tu corazón para nuestro bienestar.
Dicen por ahí que la mejor manera de aprender es el ejemplo, y que mejor ejemplo que el tuyo abuelo: un gran esposo, un gran padre, un gran abuelo, un gran bisabuelo, una gran persona, y el mejor amigo que alguien puede tener. Una persona ejemplar que siempre nos dedico tiempo, calidad y mucho cariño.
Te llevamos con orgullo, te recordamos como el gran pilar de esta gran familia, como un hombre muy sabio, luchón, culto, noble con una capacidad de dar incomparable, paciente integro humilde y sencillo.
Hay abuelo, cuando te aprendí, cuanto me dejaste, me doy cuenta que no cualquiera tiene la bendición de tener un abuelo y un amigo como tú.
T e quiero decir que estoy orgulloso de ser tan afortunado de llevar tu nombre Alberto Dana, prometo ser un hombre integro, con valores, recto, y siempre llevando muy en alto y con mucho orgullo tu apellido.
Te adoro abuelo cuídanos mucho, de ti solo nos queda el festejo a la vida, a sonreír, a aprender de cada momento, a dar a los demás, sin esperar nada a cambio, a nos juzgar, entendiendo y a ser feliz riéndonos de la vida!
Te adoro
